En el año 2009, el periodista Javier Sinay publica “Sangre Joven”, matar y morir antes de la adultez. El libro forma parte de la Colección Andanzas crónicas periodísticas de la editorial Tusquets. Son seis historias que aparecieron en los medios en su momento y conmovieron a la sociedad. En ellas hay “jóvenes que matan y jóvenes que mueren”. Todas estas historias fueron publicadas en la sección de policiales de los diarios donde a veces pasaron a ser una noticia más.
Javier investigo y abordo estas situaciones que aparentaban ser ordinarias y tenían desenlaces en homicidios extremos “que no habían sido planeados sino que surgían en estallidos espontáneos que quebraban la rutina”.
¿Como surgió la idea de escribir el libro?
Yo trabajaba en el programa “Forenses” de canal 9 donde se mostraba como la ciencia forense resolvía algunos homicidios tomados de casos reales. Por lo general era gente joven o historias relacionadas con jóvenes, en algunos casos menores y la producción no se quería meter con eso por cuestiones legales. Me quedo la idea, quería ver que pasaba con chicos que tenían más o menos mi edad –25 años-, donde las victimas y los victimarios tuvieran entre 15 y 25 años y ocurridos en los últimos diez años.
¿Como seleccionaste los casos y cuando empezaste a visualizar el libro?
Yo le propuse a Sergio Olguín, el director de la colección Andanzas la idea y fue todo bien. Firmamos un contrato y esto fue importante, tener un acuerdo, un respaldo, sobre todo en tu primer libro porque eso me permitió trabajar con más tiempo y tener un mayor dominio sobre el texto. En cuanto a la elección de los casos yo buscaba casos donde hubiera móviles diferentes en los homicidios, trabaje un poco antes sobre una lista de casos posibles y si hubo una elección.
¿Todos los casos los elegiste vos o tuviste que ceder a algún pedido del editor?
Siempre había charlas con el editor pero dentro de lo narrativo partiendo de la base de que eran historias que habían sucedido hacia poco con protagonistas jóvenes. Entonces nos metíamos dentro de la dinámica de la narración como si fueran cuentos, uno por celos, otro por ambición, una en una discoteca y esa era la negociación con el editor. Él lo veía más desde el mundo de la escritura, de la literatura no hubo otra imposición.
¿Trabajaste a medida que los ibas cerrando o ibas mezclando por una cuestión de logística?
No trabaje a un promedio de dos temas por una cuestión de capacidad mía y estuve dos años, a un promedio de seis meses por cada historia.
¿Cual es tu principal fuente para buscar información?
Siempre leer todo lo que había salido en la prensa, trazar un mapa de nombres y ocupaciones de cada uno, empezar por la familia por las madres y seguir por el abogado de partes, si lo hubiera. El fiscal para conseguir el expediente. O sea por un lado la familia y por el otro el expediente.
¿Qué es lo más fuerte en todos estos testimonios?
La verdad jurídica es lo que hay que atenerse, como línea después las otras cosas también son validad.
¿Algunos de tus trabajos fueron integrados a las causas policiales?
El abogado de Andy me dijo que lo iba a usar para una apelación, pero no sé. Dijo que ella en la cárcel estaba arrepentida, no se si lo uso.
Se refiere a “Los amantes de Villa Pueyrredón” la historia que relata el asesinato de Federico Medina.
¿La sociedad en la que se mueven los personajes de las historias, es la misma que la de hoy o es un recorte de una época que permite ver hacia atrás?
Yo creo que pueden ocurrir esos casos, hay algunas diferencias en cuanto a la tecnología que llego al grupo en general de los jóvenes. A mí me interesaba hacer un retrato de ese momento, tal vez en un futuro más lejano podría aportar algo, como testimonio de época.
¿Te paso de encontrar dentro de la historia madre otras historias como para seguir investigando?
Si, descubrí muchas cosas que no esperaba, pero no de encontrar algo que estuviera relacionado con la causa, mas con la vida cotidiana.
Cuando confrontas el libro terminado con las notas periodísticas de la época-a la distancia- ¿descubrís cosas nuevas, pensas que el paso por el libro es obligatorio para entender el caso?
Me encantaría que fuera así, creo que cuanto más lees más ayuda, hasta creo que por ejemplo en el de Carmen de Patagones que era el que más notas tenia descubrí cosas nuevas, pequeñas, que hacían a la vida de esta gente.
Se refiere a la “Masacre de Carmen de Patagones” la segunda crónica del libro, que habla de Junior el chico de 15 que descargo tres cargadores contra sus compañeros del aula.
Al leer las crónicas sorprende la agilidad de la lectura, un relato policial a que atrapa con recreaciones que parecen de ficción ¿Cómo te planteaste la narrativa, intervino el editor?
Yo había hecho una buena lectura de todo y anote todo lo que me intereso profundizar. A la vez cuando aparecía algo nuevo lo tomaba. Trabajamos mucho con el editor pero además yo soy un lector de policiales, educado con esa lectura desde chico, así que disfrutaba a pesar de que era consciente de que eran cosas terribles.
¿No te planteaste la posibilidad de escribir una novela negra?
No, porque me gusta la no ficción, me genera mas interés los estantes dedicados al genero, le fui perdiendo interés a las novelas de ficción, es una curiosidad voraz periodística, creo que la no ficción desde lo estilístico ya está al mismo nivel que la ficción.
¿Te gusta la crónica porque es uno de los estilos donde se puede jugar, ir y venir?
No lo había pensado, puede ser la realidad en vez de condicionar un relato lo potencia. Que vos imagines algo en la crónica es un recurso no es algo prohibido, una de las cosas que me gusta de la crónica es eso.
Al retratar la vida Cotidiana, ¿hubo algún caso, alguna situación que te haya remontado a vos a la adolescencia?
Bueno estas historias de amor cruzadas, todos las vivimos me pareció admirable lo que hizo Federico Medina en tratar de defender a la que ni siquiera era su novia, sino la chica que le gustaba y se encuentra enfrente al novio de ella, que no solo era karateca sino que además manejaba el cuchillo que lo mato. Andy que acuchillo a dos pibes y escribía un diario y me contaba que no se animaba a robar.
Javier sigue respondiendo a las preguntas que una audiencia joven le hace. Indagando sobre cada caso, preguntando por las entrevistas que no estuvieron.
Queriendo saber si la Pimpollo de la crónica de Villa Pueyrredón era realmente tan imponente. En cada una de sus respuestas con dudas y contradicciones aún hoy, denota cual fue su búsqueda “retratar ese universo juvenil y a sus personajes, dejando de lado los estereotipos”. Sus relatos transitan por las discotecas y las bailantas, la canchita de fútbol, la cárcel, el ciber, el colegio, ese mundo cotidiano y la escena del crimen.
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